Te mostramos los mejores decantadores de vino que necesitas para disfrutar el vino en su máximo esplendor!
Contents
- 1 ¿Por qué es necesario oxigenar y decantar los vinos?
- 2 ¿Qué es aireador de vino y para qué se usan los decantadores?
- 3 ¿Qué pasa cuando se oxigena el vino en un decantador de cristal?
- 4 ¿Qué es un oxigenador de vino?
- 5 ¿Cuándo se debe decantar un vino?
- 6 ¿Cuánto tiempo se debe oxigenar un vino?
- 7 ¿Qué vinos necesitan un decantador?
- 8 ¿Qué tipo de decantadores de vino existen?
¿Por qué es necesario oxigenar y decantar los vinos?
La vid es una planta de cuyo fruto se extrae el vino, un producto que ha acompañado a la humanidad desde tiempos inmemoriales y que sirve como acompañante en celebraciones, reuniones y festejos. Tal es la fama del vino que se ha creado alrededor de él todo un ecosistema donde yacen áreas como la ciencia y la tecnología que buscan crear y producir una bebida de excelente calidad y para el agrado de todos.
Para muchos el vino es un producto vivo, que evoluciona y que se encuentra en constante cambio, esto puede atribuirse al hecho de que sus características cambian con el paso del tiempo y según las condiciones en las que se encuentre. Por esta razón, para que un vino sea considerado como óptimo debe contar con las propiedades para las cuales fue concebido.

En este sentido, debido a que el vino pasa por un proceso de fermentación y posterior añejamiento y maduración es posible que este desarrolle posos, que no son más que los residuos de levaduras y demás partículas del fruto de la uva los cuales se precipitan hacia el fondo de la botella, y como pueden alterar la estética e incluso el sabor del vino es mejor retirarlos, para lo cual es preciso usar un decantador de vino.
Un decantador de vino, también llamado oxigenador de vino, es un recipiente semejante a una botella que sirve para verter el líquido en él, de modo que este logre separar las impurezas arriba mencionadas a la vez que aporta oxígeno al vino para que este retome sus características y propiedades de calidad.
Además, la oxigenación y la decantación permiten gustar de los sabores reales presentes en la bebida, los cuales han quedado ocultos debido al sellado que tiene la botella y que es necesario traerlos a relucir para obtener un vino con cualidades superiores.
¿Qué es aireador de vino y para qué se usan los decantadores?
Durante el proceso de producción del vino el principal enemigo es el oxígeno del aire, el cual puede llegar a oxidar el producto y hacer que adquiera tonalidades y sabores diferentes a las requeridas. Cuando la uva es procesada y pasa a la etapa de fermentación los niveles de oxígeno son controlados con sumo cuidado. De este modo se consigue que cuando sea ingresado a las barricas para madurar, según el tipo de producción que se desee obtener, cuente con sus características inalteradas.
A partir de entonces el vino entra en una fase de letargo, donde sus sabores y fragancias quedan ocultas hasta el momento de servirse y degustarse. Sin embargo, sucede que muchas veces el vino se bebe sin haber sido previamente oxigenado y pasado por un decantador, lo cual hace que no se aprecie todo el potencial de su sabor.
El proceso de oxigenación, que es lo mismo que airear un vino, es un paso que busca incorporar oxígeno al vino de manera que este penetre en la bebida y traiga al exterior todos los perfumes, gustos y sensaciones que han estado ocultas durante su tiempo en almacenamiento. Para ello se usa un vino decantador, que como explicamos anteriormente, es un envase que sirve para aportar ese toque de oxígeno dentro de la bebida, haciendo que recobre cuerpo y sea más exquisita al paladar.
¿Qué pasa cuando se oxigena el vino en un decantador de cristal?
Al oxigenar un vino se exaltan las características propias del mismo las cuales han permanecido “dormidas” durante su reposo dentro de la botella. El proceso de aireación hace que el vino respire y tome forma, que se abra, deje escapar sus sabores y fragancias más profundas y deliciosas, de modo que podamos disfrutar de una bebida en perfectas condiciones degustando todos los sabores que aporta la uva y todos los matices adquiridos al estar en los barriles.
Es necesario destacar que la oxigenación y la decantación son procesos diferentes, pero complementarios, la primera tiene como fin despertar los sabores de la bebida al incorporar aire dentro de ella, la segunda es un proceso que busca separar las partículas o restos de sedimentos creados en el proceso de filtrado o fermentación del vino. En este sentido, ambos procesos pueden llevarse a cabo usando el mismo decantador vino que generalmente está fabricado en cristal lo que hace que no absorba olores o sabores del exterior conservando íntegramente las cualidades del producto.
¿Qué es un oxigenador de vino?

Tanto el proceso de decantación como de aireación pueden llevarse a cabo usando el mismo decantador, sin embargo, y con la inclusión y modernización de las tecnologías, hoy conseguimos oxigenadores que cumplen de manera individual su función. Un oxigenador de vino es un producto que sirve para aportarle aire y hacer que la bebida despierte y muestre su buqué, que viene a ser su sabor real.
Un oxigenador de vino funciona porque hace que el líquido al chocar contra las paredes del recipiente se expanda, se movilice; que consiga movimiento dinámico por lo tanto haya una mayor cantidad de bebida expuesta al aire y en consecuencia sea oxigenada de la manera correcta y dejando libre los sabores que hayan estado ocultos durante su tiempo en reposo.
Tomando en cuenta de que los vinos evolucionan con el tiempo, el cual puede ser un periodo de pocos minutos, podríamos darnos cuenta del cambio que toma un vino que ha sido servido directamente de la botella de otro que ha sido pasado por un oxigenador: en el primer caso el vino se encuentra cerrado, lo que quiere decir que tiene aromas reducidos y que necesita ser trasvasado para airearse y hacer surgir todos sus aromas.
¿Cuándo se debe decantar un vino?
Antes de responder debemos tener en cuenta que no todos los vinos necesitan ser decantados, de hecho, este proceso puede realizarse o no dependiendo de factores que varían según el tipo de uva usada para la elaboración, lo que se traduciría en una variedad de vino específica, el tiempo de maduración e incluso puede variar según las botellas que se encuentran en una misma cava.
Además, depende en mayor medida de las preferencias de la persona que al final decidirá si el vino debe o no decantarse, para lo cual analizará la forma y evolución que ha tomado, así como las sensaciones que este pudiera expresar, recordando también que se cuenta con la ayuda del sommelier quien nos apoyará y orientará en cuanto a si se debe o no decantar.
En este sentido, podemos mencionar tres factores que indican las razones principales por las que un vino amerita ser decantado:
1. Para separar los residuos sólidos de vino
Este sería la razón principal para decantar un vino. Separar los posos usando un decantador vinos evita que estos caigan en la copa dando un sabor diferente al real, así se consigue gustar y percibir la bebida con los olores y matices de sabor correctos. Debemos entender además que estos posos son el resultado de los procesos oxidativos que suceden cuando el vino está siendo fermentado, por lo que constituye algo normal y no debe considerarse como que el vino está echado a perder, en algunos casos estas partículas constituyen azúcares cristalizados que se crean dentro del propio vino.
Para asegurarnos de que los sedimentos queden en el fondo de la botella tendremos, siempre que nos sea posible, dejar la botella en posición vertical, de esta manera se consigue que estos depósitos sean atraídos hacia abajo y que permanezcan ahí hasta que la botella sea abierta. No conviene agitar el vino o moverlo con extrema fuerza para evitar que los posos queden suspendidos en el líquido haciendo imposible la decantación.
Es importante que, una vez abierta la botella, si el vino es de reserva o de gran reserva, debemos verterlo con mucho cuidado, lentamente, pero de forma constante para que el sedimento no sea arrastrado hacia el exterior. En algunos casos en los restaurantes se quita totalmente la cápsula y se deja expuesto el cuello para tener una mejor visualización si detectamos que están a punto de pasar partículas.
Cuando el vino esté totalmente vertido en el decantador podremos decidir el tiempo que debería estar en reposo, ya que es posible que ciertos residuos pudieran haber pasado y el reposo ayudaría a que los mismos caigan hacia el fondo del decantador, cuya construcción casi siempre ayuda tanto a mantenerlos en la base como facilitar el paso de oxígeno al interior.
2. Para aportar aire al vino
Es muy común que los vinos maduros presenten un olor un tanto desagradable o simplemente su aroma sea muy tenue cuando destapamos la botella. Estos olores son producto del proceso de crianza del vino tanto en barrica como en botella y es precisamente esto lo que ocasiona que al abrirlo desprenda ciertas fragancias apagadas u opacas, lo que también está relacionado con su sabor. Al ventilar y oxigenar un vino hacemos que el buqué u olor real salga a la luz.
Tener también en cuenta que, para los vinos de gran reserva, los cuales son vinos añejos, una excesiva oxigenación podría “romperlo” y hacer que estos no muestren sus matices verdaderos, en estos casos se recomienda probar un poco antes de decantarlo y luego esperar unos minutos antes de volver a probarlo para ver si su evolución en contacto con el oxígeno es o no favorable.
3. Para “abrir” el vino
Esto está muy relacionado con el punto anterior, aunque sucede con mucha frecuencia en los vinos jóvenes los cuales presentan una muy leve intensidad de aromas y para despertarlos debemos decantarlo de una forma menos cuidadosa y más enérgica, consiguiendo que el contacto con el aire favorezca la aparición de sabores y fragancias que en un primer momento no se pudieron apreciar.
Este proceso es muy parecido a cuando hacemos girar el vino en la copa, ya que lo que se busca es que el aire resalte los sabores y potencie las cualidades fragantes de la bebida, en especial las frutales si se trata de un vino joven donde los perfumes dulces son muy apreciados. En los vinos jóvenes suele usarse más el proceso de oxigenación por sobre el de decantación, esto debido a que no precisan de la separación de residuos, ya que es muy probable que no tengan.
¿Cuánto tiempo se debe oxigenar un vino?
No existe una regla general que indique el tiempo en que un vino deba dejarse en contacto con el oxígeno, las opiniones difieren entre distintas personas y algunas de ellas prefieren que el vino evolucione lentamente en la copa prescindiendo del uso de un decantador. Asimismo, hay productoras de vinos que aconsejan, en la propia etiqueta, abrir la botella hasta dos horas antes de servir. Hay opiniones que sugieren abrir el vino y oxigenarlo por espacio de cinco minutos.
Como podemos ver hay corrientes de pensamiento diferentes y todas tienen algo en común: el gusto del consumidor. Hay personas que deciden oxigenar el vino durante 40 minutos, destapando la botella y vertiéndolo en el decantador, lo cual podría ser un periodo de tiempo promedio, pero también surge la interrogante de cuánto estás dispuesto a esperar hasta que el vino haya alcanzado ese punto.
En restaurantes y bares muchas veces no se dispone de ese tiempo y la prontitud se hace notar para poder degustar del vino en cuyos casos se decide por airearlo en la propia copa haciendo movimientos circulares apoyados en la mesa, o bien, usando un oxigenador pequeño que puede adaptarse a la botella y que permitiría dicha aireación.
Sin embargo, un vino cuyo tiempo de exposición con el aire sea muy alto podría traer un resultado contraproducente. Con la cantidad ideal de oxígeno el vino puede mostrar sus aromas y sabores de una manera correcta, pero si este se deja mucho tiempo en contacto con el aire podría perder sus aromas apagándose paulatinamente. Recordemos que el vino evoluciona y lo mejor sería acompañarlo en ese proceso y decidir cuándo se encuentra en el punto óptimo para ser consumido.
¿Qué vinos necesitan un decantador?
Todo vino del cual tengamos sospechas de que tenga posos o sedimentos, que muy generalmente son los vinos viejos o añejos, deben ser decantados, para ello debemos prestar atención a la información escrita en la etiqueta de la botella, que nos dirá si el vino es joven o por el contrario es añejo, por lo cual podríamos guiarnos del año de cosecha, o bien, abrirlo y percibir si necesita ser decantado en función del perfume que desprenda.
Los vinos además de su distinción por color (tinto, blanco, y rosado) también tienen una distinción por edad que se calcula en torno al tiempo que reposa este en barrica y posteriormente en botella. En este sentido tenemos los vinos de semi crianza, crianza, los reserva y los de gran reserva, cada uno con sus meses establecidos considerando además su tonalidad.
Los vinos jóvenes que sabemos que no tienen posos no precisan de decantación, aunque pueden ser aireados, ya que son vinos cuyos sabores se encuentran intactos y están recientes, de manera que un choque de oxígeno elevaría esos matices. En cambio, los vinos de edades avanzadas; que han pasado mucho tiempo en reserva podrían tener un aroma apagado, para estos casos y tomando en cuenta la alta probabilidad de que la bebida tenga posos se debería emplear un decantador de vino profesional que separe los sedimentos a la vez que aporta la cantidad de oxígeno adecuado.
¿Qué tipo de decantadores de vino existen?
En cuanto a los tipos y formas de los decantadores de vino podemos decir que hay muchas variedades que se distinguen unos de otros según el diseño y el material de fabricación que de manera general es el cristal o el plástico de alta calidad, este último aportando un toque de practicidad, aunque siendo menos usados que los primeros.

En cuanto a la funcionalidad del decantador podemos distinguir dos grandes grupos: los de máxima oxigenación y los de mínima oxigenación. En primer término, aquellos decantadores que otorgan una mayor oxigenación son los mejores para el proceso de aireación, ya que cuentan con una boca mucho más ancha y una estructura interna que facilita que el vino se expanda y se oxigene mucho mejor. En cuanto a los decantadores que otorgan una mínima oxigenación al vino podemos decir que son aquellos cuya estructura hace que vino se deslice sobre las paredes internas, de manera que no expanda y permitiendo una aireación menor aunada al hecho de que este tipo de recipientes tiene una forma menos pronunciada.
Por otra parte, considerando la forma de los decantadores de vino podemos distinguir principalmente cuatro: los convencionales, para vinos jóvenes que ameritan una alta oxigenación; los mágnum, que son adecuados para botellas grandes con un volumen o cantidad de vino mayor; los de tipo pato, cuya forma es pequeña, de boca estrecha que ayuda a que el vino se deslice y minimiza la entrada de aire lo cual es ideal para vinos muy delicados o viejos, y los de tipo oporto que tienen una forma perfecta para contener grandes cantidades de sedimentos.